El reto de cerrar los ojos

Tuve un sueño hace unos días:
recorríamos el mundo
con un chasquido de dedos,
mientras nuestros cuerpos caen
suavemente en el atardecer
atrapándonos en aquel ocaso
y así entrelazamos nuestras manos
para poder perdernos
entre nuestras palabras.

Entre mis brazos sostengo
cada parte de prejuicio.
Mis ojos arden al querer
soñar una esperanza,
memorias de estas pequeñas pérdidas
estas luces nos harán silbar ilusiones.
La vida me obliga a citar
un par de tragedias
extrañando cada una de mis disculpas.

Si la negligencia
hace que altere mi control
este grito será tan fuerte, tan frágil
que capaz me muera
con un simple simulacro.
Me prestarás tu piel
para canalizar la debilidad
con un gato negro a los pies
siendo postal mientras llueven besos.

Quizás sea cursi decir
que todo es tan simple
pero aunque no lo creas
estoy cansado de pedir perdón.
Ahogué el tiempo en tus manos
susurrando heridas con sutileza
somos culpables de la sangre
que anuncian nuestros labios
sin darnos cuenta de cuando sucedió.

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