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Mostrando entradas de diciembre, 2015

Palabras improvisadas #4

Acá estoy: simple, natural, original y todo lo demás que quieras imaginar. Qué se yo… soy algo de todo lo que ya no existe. Quizás cuando reaccione, será muy tarde. Así volver a sentir erizarse mi piel por las noches y ver esos ojos buscándome. Recuerdos que creía lejanos vuelven a golpear sintiendo las secuelas en mi piel. Pensé conocer: cada palabra, cada mirada. Sorprendido quedé al conocer la verdad. ¡Oh cuanta locura me invade! Mientras vivo buscando mi realidad.

Las 25 cuadras más largas

Me voy a dejar llevar por una mezcla entre la duda y la negación del todo Voy a descreer de cualquier pre-concepto Estoy seguro que 25 cuadras no son tantas como para ir caminando. 25 cuadras no son nada comparado con los cientos de kilómetros que forman la muralla,el recorrido de la muralla china 25 cuadras no son nada si lo comparamos con la distancia que separa una ciudad de la otra en cualquier continente de este planeta. Y puede que sea hijo de ese rigor sedentario con el que nos alimentamos a diario. Pero no creo que 25 cuadras sean muy largas. No importa si estamos en Buenos Aires la ciudad de las cuadras más largas, o en el medio de un pueblo de las sierras Me niego a creer que 25 cuadras sean demasiado para recorrer. Si hasta este punto ya pase por tantas cosas Ya me desilusione y des-encontré, ya me rechazaste y me engañaste. Si en todo este tiempo en el que me pase caminando del punto A al punto B para que al final de cuentas llegue a la terrible conclusión de q

Nomen Nescio 6

No hay nada que justifique esta conversación; no fuimos a la misma escuela, no escuchamos la misma música, ni vemos las mismas películas; no tenemos amigos en común, no nos conocimos por casualidad en una fiesta, ni tampoco trabajamos juntos; no somos compatibles astrológicamente, no hay ninguna relación en nuestros nombres, ni entre las líneas de nuestras manos; no fue amor a primera vista, no fue atracción física, ni hormonal. No hay nada que nos una, excepto un libro. Y sin embargo, estamos acá, escuchando tu voz otra vez.

Los cantoneses se comen cualquier cosa que tenga cuatro patas, excepto las sillas y las mesas

Una vez que la magia se dispersa y por fin podemos volver a casa, entre el sueño que nos obliga a la desesperante necesidad de  despedirnos de este mundo como medida para poder sobrevivir un día más en el planeta tierra, este que nos tocó digerir, y gracias la fatiga que la transición entre la noche y el día nos hizo vivir, entre responsabilidades, aventuras y la magia de un grupo de caballeros que nos escoltaron por el sendero de la desorientada pero muy estimulante acción de vivir. Estamos de nuevo en el lugar donde todo empezó en el ojo del huracán que arrastro casas y vacas por los horizontes de esta civilización, tal vez al final de cuentas vos y yo no nos volvamos a ver y lo que paso no es más que la emoción inicial de un sueño inconcluso, pero si pensamos que en esa mentira que los idiotas quieren creer y llaman pensamiento positivo y encontraremos al final de todo ese lavarropas semi automático de emociones que da vueltas y vueltas, si pensamos que encontraremos las puertas