La casualidad guardada en el último cajón

a Ioshua

Las piernas dudan y se quiebran,
frágiles se vuelven al caminar.
Estadía incierta al navegar
por cada punto cardinal del cemento,
cuando no tienes nada más que hacer
con esta mañana que no asfixia.

Construyendo, destruyendo el cenit
y vos pensabas lo coqueto que es el derroche
disfrazando con frases la circunstancia.
Viviendo las luces más allá de los ojos
enredados como fuegos daltonianos,
que invita a una flor de loto a descansar.

Jugar en cada vértice de tu cuerpo
deja vu para empezar un algoritmo
lejos de lo que late en cada huella.
Tantas horas que nunca terminan,
dudas seguras de que algo estas haciendo mal.
Así el pasado quedará parcialmente nublado.

Breve somnolencia de una vida sin sentido
y en el epitafio las palabras resultarán vapor .
Quizás seguirás buscando redes, jaulas, amor
esperanza, temor, un nuevo poema que maldecir
ahora así dura el tiempo en un viaje al exilio.
Nada nos queda más que los fósiles de tus versos.

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